02 septiembre 2007

Dos mil pelas de quina

Otra cosa que he tenido que hacer estos días es ordenar el despacho de trabajo que tras las vacaciones parecía más una leonera que un despacho. Es el momento de encontrar y guardar aquella entrada del concierto ese, el cable de conexión de la cámara, juguetes, ropa, y muchos papeles. Vamos, ya conocéis la ley de la termodinámica familiar: la entropía de un sistema familiar aumenta proporcionalmente al número de niños presentes y exponencialmente al número de mascotas del sistema.

Pero mira por donde me he encontrado una sorpresa: dos mil pelas en un billete perfectamente conservado.


La peseta hace años que fue sustituida por el euro, por lo que el billete encontrado será poco útil para sacarme de un apuro a final de mes. Además el aumento del coste de la vida de estos años hace que al cambio sean 12 euros de nada (ostras, hace pocos años podía ir de cena con esa pasta).

Ha sido al fijarme un poco en el billete cuando me he dado cuenta de que es el único billete español que conozco donde aparece un científico, José Celestino Mutis (también me he dado cuenta de lo sosos que son los billetes de euro. Aparecen puentes y puertas que simbolizan la unión de los pueblos europeos. Sosos, sosos).

No es que en la historia de la ciencia abunden los científicos españoles (de hecho la contribución de los españoles ha sido de tercera fila, en general y en particular) por eso me ha sorprendido ver a un botánico de nombre poco conocido impreso en papel moneda. Así me he puesto a rebuscar por ahí a ver que encontraba. La historia merece la pena y al final hasta nos tomaremos unacopita a su salud. Os apetece un gintonic?

Áreas donde la malaria es una enfermedad endémica


La malaria es una enfermedad del viejo mundo. Antes de la caída del imperio romano estaba extendida por gran parte de África, Europa y Asia. Es una enfermedad crónica con una tasa de mortalidad alta y que es producida por un parásito, el Plasmodium falciparum y que llega a nuestro organismo a través de las picaduras del mosquito Anopheles. El plasmodio llega al hígado y se reproduce en el y en las células sanguíneas produciendo dolores de cabeza, tos y fiebres intensas y recurrentes. Aunque era una enfermedad antigua los remedios conocidos no eran nada eficaces.

Los europeos llevaron la enfermedad al nuevo mundo a principios del siglo XVI. Por eso me sorprende que poco más 100 años despues de la llegada de los europeos a América los indígenas de Sudamérica ya hubieran encontrado una medicina para ella. Descubrieron que la corteza de un árbol muy extendido de la selva, el quino, aliviaba y hacia desaparecer los síntomas iniciales de una enfermedad que conocieron pocos años antes.

Ilustración de las hojas y flores del quino (Chinchonia pubescens)


La historia más ortodoxa dice que en 1636 unos jesuitas que habían estudiado el uso de las plantas por los indios le dieron infusiones de corteza a la mujer del Virrey del Perú, la Condesa de Chinchón que estaba enferma de malaria. Esta se recuperó y viendo que la corteza del quino la había curado extendió el remedio contra la malaria tanto que la corteza machacada del quino se conocía como "polvos de la condesa" (je je).

Aunque documentos recientes ponen en duda esta historia, lo cierto es que el quino (y la quina, así se llaman los "polvos de la condesa") llegó a Europa de mano de los españoles, extendiéndose rápidamente su uso como medicina para las fiebres recurrentes.

Otras potencias europeas también querían el secreto de la quina y se intentó el traslado a Europa de semillas y plantas para su cultivo (con poco éxito, la planta no se aclimata bien al clima templado.) De alguno de estos intentos Linneo pudo describir e identificar a la especie Chinchonia officinalis: Chinchonia por la condesa de Chinchón y sus polvos; officinalis porque era una planta medicinal. Y he aquí cuando aparece nuestro hombre del billete, José Celestino Mutis.


Mutis era un científico, medico de formación, astrónomo aficionado, y naturalista de vocación. Nació en Cádiz en 1732 y en 1760 se embarco hacia América como médico personal del Virrey de Nueva Granada. Allí su interés científico le llevó a proponer y posteriormente a dirigir la Real Expedición Botánica a Nueva Granada donde durante 25 años recolectó 3000 especies y realizó 5000 láminas (bueno, lo hicieron los dibujantes). Entre ellas describió y dibujó al quino como Cinchonia cordifolia (posteriormente se le asignó el nombre de C. pubescens, que es como se la conoce actualmente. Ignoro el motivo del cambio). No solo describió al quino sino que realizó experimentos sobre la eficacia de las especies y variedades diferentes de quino que encontró. La única publicación de Mutis fue "El arcano de la quina" pues entendía que la quina era el remedio para muchas enfermedades, dadas sus propiedades tónicas, antisépticas y analgésicas.

El mismo billete de dos mil pelas parece aclarar el motivo de su inclusión en él. Aparece el siguiente texto con caracteres antiguos (y en muy peqeñito):

Historia
de los arboles de Quina

Obra Postuma
del
D.D. José Celestino Mutis
Celebre naturalista y patriarca de los botanicos, Director de la Real
Expedicion Botánica del N.R. de Granada, Socio de diferentes academias
de Europa y Astronomo de S.M.


Pero no solo eso. Además de cartearse con Linneo, conoció a Humbold que le visitó durante su viaje, fue reprendido por la Inquisición por defender a Copernico, exponer las leyes de Newton y el método científico (y eso que era también sacerdote), fundó el jardín botánico de Bogotá, realizó observaciones astronómicas... Fue un verdadero científico de su tiempo. Murió en 1808. Además de merecer el estar en el billete español también mereció aparecer en los billetes colombianos de 200 pesos.

Sigamos ahora la pista a la quina, ya que los avances en la química facilitaron que en 1820 los franceses Pierre Joseph Pelletier y Joseph Caventou identificaran a la sustancia principal, la quinina y posteriormente se identificaron otras sustancias como quinidina, cinconina y cinconidina. La combinación de estas sustancias en la quina explican por que ha sido la primera y más efectiva herramienta contra la malaria.


La quina se usa también en en amargo de angostura, una bebida tónica que actualmente es usada para dar sabor a guisos y cóccteles. Y también se usaba (y se usa) en la tónicas (Schweppes, por ejemplo). La tónica es agua carbonatada con extracto de quinina. Se utilizó ampliamente como bebida para tratar a la malaria y se dice que los soldados ingleses en la India soportaban mejor el sabor ligeramente amargo de la tónica si le añadían unchorrito de... ginebra.



Una curiosidad. La cantidad de quinina en las bebidas tónicas está limitada por la FDA americana en 83 ppm (ppm es una medida de proporciones, significa que si tenemos un millón de "partes" de tónica, 83 partes sería el máximo permitido de quinina) porque la quinina tiene efectos adversos y hasta una enfermedad asociada, el chinchonismo.

Y ya está. Que os parece?. Es lo que tiene de bueno la entropía familiar. De un billete de dos mil pelas hemos llegado al gintonic, pasando por los polvos de una condesa y el trabajo de un científico gaditano. "Ea la grasia".



SALUT I QUINA!!

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Javi,
que gusto da entrar en tu blog, gracias a él respeté la posidonia y ahora me volveré a pasar al gintonic, en serio me encanta.
bsos a todos,
Mont

Anónimo dijo...

Anda que no.... Pues lo de cómo me partí la muñeca fue precisamente por carencia de quina y exceso de gin... je, je.

No recuerdo exactamente las circunstancias pero fue en plenas fiestas de Sant Lluís.... Tararí tachín, tararí tachín !!!

Hoy entra una tramuntanada de agarrarse... Voy a ponerme piedras en los bolsillos y acercarme a Favàritx para ver entrar el temporal (Sólo pa darte envidia).
Besos

Olduvai dijo...

Hey Mont y Txiqui,

Gracias a vosotros por pasaros por aquí.

Yo creo que te rompiste la mano con un caballo menorquin, y eso que decias que los jinetes controlan mucho, jaja.

Relajaros, cerrad las ventanas y mirad como sopla en viento fuera. Y con una pomadita, claro!

Saludos,

Oldu

Anónimo dijo...

Qué va... Por eso no me acuerdo... Fue entre el Jaleo y la madrugá. lo mejor de todo es que Mont me recogió i venga a ponerme hielo en el codo... hielo como para hundir al Titánic. Y eso sí. El codo está estupendo pero la muñeca... doble fractura de radio y cúbito... Así las cosas, y dado que empieza setiembre... lo mejor es que nos toque la lotería.
¡¡¡Por allí resopla!!!