15 enero 2006

El tiempo pasa hasta para ti, Gorgo

Coinciden en el tiempo y casi en el espacio dos exposiciones en el llamado ahora Museu de Ciències Naturals de Barcelona (yo siempre les he llamado mueso de zoología y museo de geología pero acepto gustoso el nuevo nombre) del parque de la Ciutadella.

Una es la “Mitología de los dinosaurios” producida por el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid y que repasa como los descubrimientos paleontológicos a lo largo del tiempo ha cambiado la iconografía popular sobre los dinos (y otros monstruos incluido el de la peli “Gorgo y Supermán se citan en Tokio” imperdible para los frikis de monstruos japones) con maquetas estupendas y montones de películas de ciencia ficción que yo devoraba cuando era peque en el cine Barcino de la Barceloneta.

Gorgo, el mejor.

La otra es “El Museo Martorell, 125 años de ciencias naturales (1878-2003)” y hace un repaso de la historia del primer museo público de la ciudad mediante piezas de su fondo museístico. Y ahí voy a parar ya que entre vitrinas y minerales aparecen unas maquetas de dinosaurios que se expusieron en 1917 y fueron realizadas por el escultor J. Bassas.

Entrada de una de las salas del edificio de Geología del Museo de Ciencias Naturales de Barcelona.

Comparadas las maquetas de una y otra exposición se ve muy bien la evolución de las teorías científicas sobre estas bestias y su impacto en la cultura popular. De considerar a los dinosaurios sólo reptiles con un tamaño demasiado grande, semianfibios (pues se creía que con tanto peso solo podrían vivir en el agua) y medio tontos han pasado a representar unos seres ágiles, con astucia y muy peligrosos, perfectamente adaptados a su mundo antiguo (también al nuestro según Parque Jurásico).

El Diplodocus con las carnes colgantes y el triceratops con la cola levantada a lo perrito y las manos y pies abiertos. Y Raül.

Y como cuenta la expo de los mitos, cuantos más conocimientos adquirimos de la paleontología más miedo dan. Por ejemplo mi hijo pequeño Raül se reía ante las carnes colgantes del Diplodocus, le resultó indiferente mi estimado Gorgo pero se asustó del Velociraptor de Parque Jurásico (bueno, se asustaba del raptor tamaño película pero no del raptor a tamaño real, como un perro grande, ya que las maquetas se pueden comparar apreciándose las trampas de S.Spilberg en su peli).

Así ve un niño a un Torvosaurus. La foto la hizo Hèctor, igual que la de Gorgo.

A Raül se le pasó el susto comprándole un Triceratops (se ve en la oscuridad!) en la tienda del todo a 100. Aunque busqué no encontré ningún Gorgo. Lástima, era para mi.

Enlaces consultados:

Gorgo
http://monsterhunter.coldfusionvideo.com/Gorgo.html

Museu de Ciències Naturals de Barcelona
http://www.bcn.es/museuciencies

Torvosaurus
http://www.dinodata.net/Dd/Namelist/Tabt/T108.htm

SALUT!


PD: Como dijo el insigne militar “Ir a los muesos, Coño!”. Es una orden.

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